En relación con la última noticia publicada, sobre lo perjudical que resulta utilizar más de dos veces por semana el jabón, me parece importante abordar este tema directamente. Y es que estamos en un país en que la ducha diaria, al menos una, se hace imprescindible en nuestra vida, y cuanto mayor sea la cantidad de jabón vertida en la esponja mucho mejor. Los mismos anuncios nos muestran una montaña de espuma mientras estamos bajo los efectos de un agua que se supone perfecta en temperatura y cantidad.
Y es que nada más lejos de la realidad. Un exceso de limpieza no está relacionada con una salud de hierro, y es a eso lo que entiendo en este artículo.
Personalmente dejamos de bañar a diario a nuestro hijo hace muchísimo tiempo. Ya de bebé, y con la dermatitis que cada vez iba más en aumento, no tuvimos más remedio que aceptar los consejos del dermatólogo y suprimir el baño diario. Quizá con haber eliminado solo la parte del jabón hubiese sido suficiente, pero por aquella época, incluso el agua sola parecía irritarle, claro ya llevaba el pobre un lastre enorme dermatítico.
Además, en este artículo, se informa de lo perjudicial que son los productos de higiene para los más pequeños, ya que tienen la piel cinco veces más fina que la de los adultos, además de inhalarlos durante bastante rato en el baño o, incluso, de tragarlos, de forma involuntaria claro.
Una cita importante de incluir
El doctor asegura que en los últimos años han aumentado de forma considerable el asma y las alergias infantiles. Un estudio de la Universidad de Santiago de Compostela cifra esa subida en un 20% y lo relaciona directamente con los productos químicos que acompañan a estos cambios en la higiene, a la obsesión por la asepsia total.
Y es que seguimos pensando que contra más frotemos mucho mejor, contra mayor cantidad de producto más cuidaremos nuestra piel y no nos damos cuenta que poco a poco la estamos dejando sin defensas, como si la fuésemos desgastando a marchas forzadas. Estos últimos años los anuncios no han colaborado mucho, más bien han formentado el uso constante de diferentes productos y en cantidades nada despreciables. Imaginemos lo que estamos haciendo a nuestros hijos al someterles constantemente al abuso de ciertos productos y la repercusión tan directa que tienen sobre su salud.
Pues desde aquí queremos reinvindicar el consumo moderado y responsable, poca cantidad de gel o champú, para el lavado de nuestros cuerpo, es más que suficiente para mantener nuestra piel radiante y que sea reflejo de su buena salud.
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